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Las Medusas

Las Medusas

Las medusas

     Las medusas, también llamadas aguamalas, malaguas, aguavivas, aguacuajada o lágrimas de mar, son animales marinos pertenecientes al filo Cnidaria (conocidos antes como celentéreos); son pelágicos, de cuerpo gelatinoso, con forma de campana de la que cuelga un manubrio tubular, con la boca y en el extremo inferior, a veces prolongado por largos tentáculos cargados con células urticantes llamados cnidocitos. Aparecieron hace unos 500 millones de años en el Cámbrico. Existen más de 2.000 especies de medusas identificadas por los expertos y todavía existen muchas especies que no se han encontrado aún en las profundidades de los océanos.

     Para desplazarse por el agua se impulsa por contracciones rítmicas de todo su cuerpo; toma agua, que se introduce en su cavidad gastrovascular y la expulsa, usándola como "propulsor".

     El concepto de medusa no es taxonómico sino morfológico. Muchos cnidarios tienen una alternancia de generaciones, con pólipos sésiles que se reproducen asexualmente y medusas pelágicas que llevan a cabo la reproducción sexual. Solo los antozoos carecen de forma medusa; las otras tres clases de cnidarios (hidrozoos, escifozoos y cubozoos) poseen forma pólipo y forma medusa; dichas medusas presentan características distintivas en las tres clases, de modo que se puede hablar de hidromedusas, escifomedusas y cubomedusas respectivamente.

 

 Morfología

     Las medusas tienen forma de campana o sombrilla. La zona aboral (el polo opuesto a la boca, véase simetría radial) es convexa y se denomina exumbrela y la zona oral, cóncava, subumbrela. De ésta cuelga el manubrio, en el extremo del cual se abre la boca. Del borde de la exumbrela cuelgan varios tentáculos provistos de numerosos cnidocitos, las células urticantes típicas de los cnidarios.

     A diferencia de las medusas, la mesoglea es típicamente muy gruesa; suele ser gelatinosa, pero puede alcanzar consistencia cartilaginosa en algunas especies.

     La cavidad gastrovascular de aquellos animales posee un estómago central del que parten bolsas gástricas o diversos canales radiales, que pueden continuarse dentro de los tentáculos; de este modo, los nutrientes pueden distribuirse con mayor facilidad por todo el cuerpo. Su organismo está formado aproximadamente por un 96 % de agua.

 

Distribución de la medusa

     Habita en aguas cálidas y tropicales, pero su adaptación les permite soportar temperaturas de -6 grados Celsius o por lo contrario, de hasta 31 grados, aunque su nivel estándar va de los 9 a 19 grados centígrados. Son animales pelágicos que se encuentran en los océanos Índico, Atlántico y Pacífico.

 

Alimentación de la medusa

     Se alimenta principalmente de plancton, moluscos, crustáceos, larvas y huevos.

 

Reproducción de la medusa

     Las medusas, en su mayoría, son masculinas o femeninas, sin embargo, se han encontrado ejemplares hermafroditas. Durante la reproducción liberan óvulos y espermatozoides en el agua, que es donde se da la fecundación. También los espermas pueden fecundar los óvulos dentro del cuerpo de la hembra.

     Una vez formado el huevo, de ahí se libera una larva llamada plánula que cuando encuentra el sustrato apropiado para formarse, de transforma en un pólipo asexual, es decir, en un animal invertebrado en forma de saco. Estos a su vez, producen medusas asexuadas que cierran el ciclo reproductivo.

 

Peligrosidad de la medusa

     Existen medusas con diferentes características físicas y distribuciones geográficas; todas ellas resultan dañinas para el ser humano, pero existe una que es considerada como la más venenosa y letal del mundo: la avispa marina. Esta especie habita en aguas australianas principalmente (existen algunos ejemplares en el océano Índico y Pacífico) y es la más peligrosa, pues no puede percibirse a simple vista por su color transparente y es capaz de acabar con la vida de una persona en cuestión de tres minutos tan sólo con el contacto que casi siempre suele pasar desapercibido.

     La medusa más venenosa del mundo es la avispa marina. La peligrosidad y toxicidad de una medusa varía según la especie, pero sin duda, todas ocasionan malestar en menor o mayor grado.

     La picadura de medusa se representa comúnmente por medio de dolor y ardor en la zona, que muchas veces es pasajera, sin embargo en otros casos se pueden presentar shocks anafilácticos (fallas circulatorias) y tener el peligro de ahogarse. En el caso de la medusa avispa, después de 20 minutos del roce, que comúnmente no es atendida porque no se siente, la víctima puede morir de embolia cardiaca.

     Una persona que ya ha sido atacada, queda sensibilizada, por lo que una segunda experiencia, podría ser más grave. Cabe mencionar que una medusa, aún muerta, puede causar irritaciones y tener activo el veneno por varias semanas.

 

 

Créditos y más información:

https://es.wikipedia.org/wiki/Medusa_(animal)

http://www.bioenciclopedia.com/medusa/

http://www.medusapedia.com/caracteristicas-medusas/

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