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Mundo Marino

Derrames Petroleros “Buque Prestige”

Derrames Petroleros “Buque Prestige”

  Las descargas accidentales y a gran escala de petróleo líquido son una importante causa de contaminación de las costas. Los casos más espectaculares de contaminación por crudos suelen estar a cargo de los superpetróleos empleados para transportarlos, pero hay otros muchos barcos que vierten también petróleo, y la explotación de las plataformas petrolíferas marinas supone también una importante aportación de vertidos.   

  Se estima que de cada millón de toneladas de crudo embarcadas se vierte una tonelada. Entre las mayores mareas negras registradas hasta el momento se encuentran la producida por el petrolero Amoco Cádiz frente a las costas francesas en 1978 (1,6 millones de barriles de crudo) y la producida por el pozo petrolífero Ixtoc I en el golfo de México en 1979 (3,3 millones de barriles). 

  El vertido de 240.000 barriles por el petrolero Exxon Valdez en el Prince William Sound, en el golfo de Alaska, en marzo de 1989, produjo, en el plazo de una semana, una marea negra de 6.700 km2, que puso en peligro la vida silvestre y las pesquerías de toda el área. Los vertidos de petróleo acaecidos en el golfo Pérsico en 1983, durante el conflicto Irán-Irak, y en 1991, durante la Guerra del Golfo, en los que se liberaron hasta 8 millones de barriles de crudo, produjeron enormes daños en toda la zona, sobre todo por lo que se refiere a la vida marina.    

  En enero de 2000, el petrolero Erika vertió más de 37.000 toneladas de combustible pesado en las costas de la región francesa de Bretaña, causando la mayor tragedia ornitológica del atlántico europeo. En noviembre de 2002, el vertido de fuel derramado por el petrolero Prestige frente a las costas gallegas provocó una grave catástrofe económica y medioambiental. La marea negra alcanzó también las aguas del Cantábrico, llegando a Asturias, Cantabria y el País Vasco, así como a las costas francesas.  

  El petrolero “Prestige”, un buque monocasco con 77.000 toneladas de petroleo en sus bodegas, se rompió en dos, sumergiéndose frente a las costas gallegas en noviembre de 2002, provocando una catástrofe ecológica sin precedentes en las costas españolas (la foto corresponde a un voluntario llenando un cubo con el fuel que cubre las rocas de una playa, en la localidad gallega de Muxía). 

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