Blogia
Mundo Marino

Curiosidades

Imágenes Tridimensionales

Imágenes Tridimensionales

   

  Delfines en 3d

  Para ver las formas tridimensionales, es decir, en relieve, que se ocultan detrás de esta imagen, simplemente coloca tu cara muy cerca del monitor, de manera que tu nariz apenas toque el monitor. Después, aléjate lentamente como si miraras más atrás. En pocos instantes surge el relieve de las figuras escondidas.   

  Con cierto entrenamiento el ojo se habitúa para observar objetos ocultos.

Dakosaurus andinienses

Dakosaurus andinienses

  National Geographic presentó al Dakosaurus andinienses    

  Un animal marino con cabeza de dinosaurio carnívoro y cola de pez habitó hace unos 135 millones de años el oeste de Argentina al pie de los Andes, según dijo hoy la paleozoóloga Zulma Gasparini en un informe presentado en Washington.

  "Encontramos en 1996 un cráneo completo en el área de Pampa Tril, en el noroeste de la provincia de Neuquén, unos 40 kilómetros al sur del límite de la provincia de Mendoza, que corresponde a un animal parecido al cocodrilo", dijo Gasparini, quien encabezó la expedición.

  En la época en la que pudo haber vivido el animal, al cual se le ha dado el nombre científico de Dakosaurus andinienses, esa región era una profunda bahía tropical del océano Pacífico.

  Las revistas "Science" y "National Geographic" publican esta semana extensos artículos sobre el Dakosaurus andiniensis, al cual los paleozoólogos de la Universidad Nacional de La Plata han dado los motes de "Godzila" y "el Chico malo del mar".

  Antes de la expedición encabezada por Gasparini, "algunos pobladores del sur de Mendoza habían hallado fragmentos de un animal grande y los llevaron al museo de San Rafael", relató Diego Pol, un investigador del Instituto de Biociencias Matemáticas en la Universidad Estatal de Ohio (EEUU), que participó en el estudio.

  "Casi de casualidad, durante una visita al museo, Gasparini encontró los fósiles y pronto se dio cuenta de que eran restos de un animal marino poco habitual, que tenía similitudes con el cocodrilo marino", añadió Pol.

  Gasparini, de 61 años, dijo hoy en conferencia de prensa telefónica desde Argentina que el "Chico malo" vivió entre "el período jurásico tardío y el temprano período cretácico", es decir, hace unos 135 millones de años.

  Una expedición dirigida por Gasparini y en la cual participaron el paleontólogo Luis Spalletti y sus colegas Sergio y Rafael Cocca encontró después un cráneo completo que mide aproximadamente 76 centímetros de largo, y en el cual los colmillos más próximos a la nariz miden unos 10 centímetros de largo.

  Por otros fragmentos de fósiles hallados en la región y la comparación con especies contemporáneas, los científicos argentinos calculan que el Dakosaurus andiniensis hallado tenía unos 3,90 metros de longitud desde la nariz a la cola, y que sus mandíbulas tenían 46 centímetros de largo.

  "La especie es poco común porque otros cocodrilos marinos que vivieron en la misma época tenían rasgos muy delicados -hocico largo y fino y dientes finos como agujas para la captura de peces pequeños y moluscos", dijo Pol.

  "Pero este cocodrilo es todo lo opuesto", añadió. "Tenía hocico corto y dientes grandes con bordes aserrados. Era, claramente, un predador de criaturas marinas grandes".

  La ilustración de portada de "National Geographic" muestra a un "Chico malo" que parece saltar desde adentro del agua para atrapar en sus mandíbulas a un pterodáctilo imprudente.

  Gasparini explicó que la imagen original, pintada por un artista pero recortada en la portada de la revista, no muestra al "Chico malo" mientras ataca al pterodáctilo, sino al volador prehistórico mientras ronda en el sitio donde el Dakosaurus terminaba de devorar un animal marino mayor.

  El "Chico malo" de lo que ahora son las planicies de la Patagonia fue solo uno de los muchos "monstruos marinos" que nadaron por los océanos del mundo hace unos 250 millones de años y hasta hace unos 65 millones de años.

  Los mares de poca profundidad y la ausencia de otros predadores marinos crearon nichos para muchos reptiles que se habían desarrollado en tierra, según el artículo en "National Geographic".

  Entre estas bestias se incluían plesiosaurios como el llamado "monstruo de Loch Ness", en Escocia, que tenía un cuello de unos seis metros de largo, y un ictiosaurio que puede haber alcanzado una longitud de 23 metros.        
 

¡Halla el amor en el mar... se casa con un delfín!

¡Halla el amor en el mar... se casa con un delfín!

   

  ¡¡¡Amor a primera vista!!!

  (AP) - Fue amor a primera vista, pero a Sharon Tendler le tomó 15 años "lanzarse al agua". Finalmente, se convirtió en la primera persona en "casarse" con un delfín.

  La ceremonia se llevó a cabo a fines de diciembre en los Arrecifes Delfín, en el puerto israelí de Eilat, al sur del país. Vestida de blanco, con un velo y flores rosadas en la cabeza, la británica de 41 años se arrodilló y le dio un beso a Cindy para sellar el compromiso. Y un pedazo de pescado. "No es ninguna perversión. Yo realmente quiero a este delfín. Es el amor de mi vida", dijo la mujer al regresar a Londres, donde importa ropa y le hace promoción a bandas de rock. Antes de la boda,

  Tendler había viajado en varias ocasiones a Israel desde que conoció al delfín. Y cada vez que le preguntaban si tenía novio, sólo decía: "No, voy a terminar con Cindy". El miércoles "oficializó" el asunto. Dijo que sabía que la "boda" no tiene ningún significado en términos legales, pero que reflejaba sus sentimientos por el delfín de 35 años. "No es nada malo.

  Se trata simplemente de un amor puro que le tengo a este animal", dijo. Por ahora no se opone totalmente a la idea de casarse con un ser humano y dijo que tampoco es celosa.

  "Todavía se va y juega con las otras", dijo sobre su acuerdo prenupcial con Cindy. "Espero que tenga muchos bebés con otras. Mientras más delfines mejor".

  Más información:
  Obsessed tourist 'marries' Israeli dolphin; 'I'm not a pervert'

Monstruos míticos en el mar

Monstruos míticos en el mar

   Aunque la cultura popular sostenga otra cosa, los marinos de la época de Colón no creían que navegarían hasta el borde del mundo y caerían por él. Sí le temían al océano, o más bien le tenían un enorme respeto a esa masa de agua inquietante e interminable que continuaba por detrás del horizonte y más allá.

  Es comprensible que los marineros fueran aprensivos: viajaban en cáscaras de madera, sensibles a cualquier fuerza que quisiera hundirlos. Cantidad de avistamientos y sucesos mal transmitidos oralmente —o transmitidos bien, pero mal interpretados— con el protagonismo de animales verdaderos del océano se habían convertido en leyendas y en creencias inexactas sobre lo que se podía encontrar más allá, en ese gigantesco y poco hospitalario mar que ellos conocían apenas.

  A continuación, se describe una breve galería de monstruos marinos imaginados en la época y en siglos posteriores (aún tan tarde como el siglo 18).

  Hércules lucha con una Hydra en la mitología griega. Desde entonces, este animal imaginario ha debido cargar con una mala reputación. Desafortunadamente, la Hydra tiene un simil en la realidad: el pulpo. Aún hoy persiste una imagen falsa sobre estos animales (a los que se les llama "peces demonio") y es posible que por esto se los haya condenado a hacer de villanos en la películas de clase B. Aunque la ilustración sólo muestra siete cabezas, a la Hydra a veces se le adjudican nueve, y se dice que cada vez que se le corta una aparecen dos en reemplazo. 

  Albertus Seba, un farmacéutico de Amsterdam, hizo un retrato de otra Hydra en el siglo 18. Seba tenía dudas sobre la autenticidad de semejante animal, pero más de un "testigo respetable" le atestiguó en favor de la existencia un éspecimen embalsamado, de modo que colocó el dibujo en su publicación. Este error de Seba es comprensible si se tiene en cuenta que muchos animales genuinos muy raros se estaban embalsamando o se exhibían conservados en alcohol en esa época y él sólo los conocía en esas condiciones.  

             

  La mayoría de los trabajos de Seba eran más realistas que el de la Hydra. Aunque algunas bestias mitológicas persistieron durante las siglos 17 y 18, los eruditos comenzaron a sustituir la observación superficial del mundo natural por un estudio más detallado y más cuidadoso. Un de los resultados es esta pintura de una jibia, pariente del pulpo.

  Durante años se creyó que los dientes fosilizados de los tiburones eran lenguas de serpientes que San Pablo había convertido en piedra, y por esto se les llamaba glossopetrae, o "piedras lengua". Niels Stensen identificó correctamente las piedras lengua como dientes de tiburón.   

  

  Denys de Montfort se jactó diciendo que si se "tragaban" esta representación, él dibujaría luego un cefalópodo abrazando Gibraltar. Setenta años después, Alexander Winchell hizo dos cosas admirables: Dijo que la pintura de Denys de Montfort era la trama de un marinero, pero también sugirió que "las profundidades inexploradas del océano encubren las formas de octópodos que sobrepasen lejos en magnitud a las especies conocidas para la ciencia". Winchell acertó en ambas cosas. 

  Llamado "águila marina" y también "pez volador", muy probablemente,  es un trucado quirúrgico hecho con el cuerpo de una raya para hacer que parezca un monstruo marino alado con cabeza de aspecto humano. El truco fue efectivo, y Ambroise Paré volvió a relatar una historia de segunda mano de un espécimen vivo que se les había presentado a los señores de la ciudad de Quioze.   

  

  También tomó en consideración una descripción del Monje Marino hecha en el siglo 16 por Conrado Gesner. Steenstrup hizo una asombrosa deducción: "¿Podemos, con estos fragmentos de información sobre la concepción de aquella epoca, aproximarnos a reconocer a cuáles criaturas de la naturaleza, más probablemente, es las que se les debe asignar -ese nombr-? El Monje Marino es, en primer lugar, un cefalópodo".          

  En el período colonial español, los barcos que se dirigían hacia Europa a través de los estrechos de Florida se movían sobre la corriente del Golfo. Los huracanes, los bancos de arenas movedizos y las aguas bajas hacían que el paso entre las Bahamas y la Florida fuera especialmente peligroso. Junto a estos riesgos verdaderos, los marineros europeos temían a los monstruos del mar, criaturas basadas más en la fantasía que en los hechos. En realidad, los piratas planteaban una amenaza más seria para las naves que esos temidos monstruos. 

  Fuente: Traducido, adaptado y ampliado por Eduardo Carletti de diversos sitios de Internet